domingo, 29 de mayo de 2011

La Serotonina: un neurotransmisor clave en la Dieta



La serotonina es un neurotransmisor, es decir, se encarga de llevar señales al Cerebro y casi el 90% es sintetizado por un tipo de células del epitelio que cubre el trato gastrointestinal.

A pesar de que las funciones de los neurotransmisores son difíciles de determinar específicamente, se cree que la serotonina esta relacionada con:
  • Regular el apetito  mediante la saciedad, equilibrar el deseo sexual, controlar la temperatura corporal, la actividad motora y las funciones perceptivas y cognitivas.
  • Interviene conjuntamente con la dopamina y la noradrenalina, en la regulación de la angustia, la agresividad, el miedo y la ansiedad, así como los problemas alimenticios.
  • Es necesaria para elaborar la melatonina, que es la encargada de la regulación del sueño.
De acuerdo a la Medicina Asiática Tradicional, la serotonina es un fluído Yin, ya que disminuye al atardecer porque a partir de ella se sintetiza la melatonina en la glándula pineal por la noche  (produciendo sueño) y aumenta al amanecer. De hecho los hombres producen cerca de un 50% más de serotonina que las mujeres, por lo que éstas tienden a sufrir de deficiencias de este neurotransmisor. 

El estrés así como los defases en el biorritmo (transnocho, comer a deshora) pueden alterar los niveles de serotonia, aumentando el Yang en el organismo. La acumulación de grasa, depresión, síndrome premenstrual, dolores de cabeza, retención de líquidos e insomnio, están relacionados con bajos niveles de serotonina.

La Serotonina es sintetizada a partir del triptófano, uno de los aminoácidos esenciales. Debido a que el cuerpo no sintetiza ninguno de éstos aminoácidos, es importante incorporar en nuestra dieta alimentos que lo contengan y, si se sospecha de una deficiencia de serotonina, entonces se debe aumentar la ingesta de estos alimentos.

Algunos de los alimentos que contienen triptófano son los huevos, productos lácteos, cereales integrales, pescado, chocolate oscuro o cacao, nueces, ajonjolí y soya. Sin embargo, es necesario también ingerir omega 3, magnesio y zinc, los cuales se obtienen de legumbres y verduras.

Una vez más se evidencia lo importante que es la forma en la que nos alimentamos para poder obtener y mantener un buen estado de salud. Definitivamente, somos lo que comemos!

miércoles, 11 de mayo de 2011

La Salud y la Dieta


“En efecto, el nivel espiritual del individuo es una consecuencia forzosamente de su alimentación y el adelanto puede apreciarse de acuerdo al alimento que se toma.”
Yug Yoga Yoghismo.

De acuerdo a la OMS (Organización Mundial de la Salud), la SALUD es el estado de completo bienestar fisiológico, físico, y psico-social y no solamente la ausencia de enfermedad. En este sentido, la salud implica un balance cuerpo-mente-espíritu.
Actualmente, las principales causas de malestar físico-mental son el estrés y la mala alimentación. Alrededor del 26% de la población Occidental se encuentra en estado de mal nutrición, a pesar de que (o sobretodo por que) el consumo calórico excede de las 2000 Kcal diarias.

El desequilibrio de nuestros elementos, como entes completos (cuerpo-mente-espíritu) responde en gran medida a la mala calidad de nuestra alimentación. El alejamiento de los métodos naturales (mayor consumo de productos procesados, con adición de químicos, etc) y una falsa repartición de nuestros productos alimenticios (dieta mal balanceada, insuficiencia de nutrientes esenciales), traen como consecuencia una discordancia, una anormalidad en el balance de nuestros elementos.

Desde la década de los 60, diversos estudios han establecido correlación entre la dieta, el control de peso y la actividad física y la incidencia de cáncer y otras enfermedades. Igualmente, numerosos estudios ecológicos y de migraciones humanas han mostrado que la incidencia y la mortalidad de cáncer de mama, colorrectal y  de próstata están correlacionados positivamente con los alimentos más típicamente consumidos en las sociedades occidentales, como la carne, grasas totales y grasas de origen animal, y azúcares refinados, y negativamente correlacionada con el consumo de alimentos vegetales, tales como legumbres, cereales y fibra vegetal. 
Además del cáncer, otras enfermedades como las músculo-esqueléticas, entre otras, han sido relacionadas en cierto grado con la dieta y estilo de vida de los individuos.

Se nota cada día más la debilidad de nuestro organismo, poco tiempo se está consagrado al aire libre, a la marcha, al ejercicio ,y sobre todo al descanso verdadero en relajación completa. Nos encontramos rodeados de un mundo sintético, que favorece la pereza y somete a nuestro organismo a un esfuerzo nervioso constante. Así, las comidas espirituales que no es sólo lo que se come sino cómo se come, representan una herramienta indispensable para mejorar y mantener un bien estado de salud.